domingo, 27 de enero de 2013

El niño y la niña que no tuvieron infacia





( basado en la guerra civil española)


                                     

Entre 1936 y 1939 tuvo lugar la guerra civil española. Una guerra trágica para nuestra historia y para la mayoría de las familias.  Niños, mujeres y hombres fueron perseguidos he incluso asesinados a sangre fría. La guerra civil enemistó y enfrentó a hermanos contra hermanos, a padres contra hijos y viceversa y a vecino contra vecino. Yo os voy a contar cómo dos familias salieron adelante y algunas de las dificultades que tuvieron.
           
Hablemos primero de José. El séptimo de siete hermanos, que cuenta con doce años cuando la guerra civil estalla. Su padre, temiendo por la seguridad de todos, decide abandonar Madrid y trasladarse a una zona rural del noroeste de España donde tiene un pequeño negocio. Aunque su padre les exige continuar con su formación académica (que pone a cargo de las hijas mayores de la familia y él supervisa), también les exige trabajar duramente para mantener el pequeño negocio.

Todas las noches, José es el encargado de desplazarse andando a un pueblo a seis kilómetros para llevar mercancía que, cargada en unos sacos , a penas puede con  ella. Durante los meses de invierno lucha contra el viento, el frío, el agua y la nieve, pero sobre todo el miedo!!!. José vence todo a pesar de su juventud, porque sabe que su padre le necesita y que si no lo hace habrá muchas personas que no tendrán que comer.

Después de unos meses, su padre se tiene que desplazar a Madrid por motivos profesionales y decide que le acompañe José. Llegan a Madrid y se encuentran con una ciudad desconocida donde se ve el sufrimiento y el hambre en los rostros de todos aquellos con los que se cruzan. Cuando llegan a su casa, ésta ha sido forzada y saqueada. Su padre decide ir a ver a unos familiares que no han tenido tanta suerte como ellos y están en una situación desesperada. José permanece en la que había sido un hogar pero que ahora es sólo reflejo de desesperanza y  soledad . Llega la noche y él ya sabe que su padre no volverá esa noche. Se agazapa en un rincón y se pasa toda la noche escuchando el silencio sólo interrumpido por los ruidos del sufrimiento. Rezando desea que amanezca, que el sol vuelva a salir , que se acabe la oscuridad y que su padre llegue. Por fin, sale el sol y su padre aparece para recogerle y llevarle en absoluto silencio de nuevo al campo . Deciden permanecer allí hasta que la guerra termina.

Ahora hablemos de Felipe. Ingeniero industrial, casado y con una hija llamada Virginia. Felipe era alto directivo en los altos hornos de Sagunto . Este , viendo cómo la gente sufría por falta de comida y de medicinas, les ayudaba en lo que pudieran necesitar y les daba aliento. A consecuencia de sus actos (de ayudar a los necesitados de distinta ideología) fue acusado por un conocido de “rojo”(denominación que se les daba a los que luchaban en el bando republicano).


Felipe es condenado y finalmente metido en la cárcel. Virginia es llevada por su madre y una niñera a una ciudad situada en la costa norte de España.

Un buen día, mientras Virginia está jugando en la playa , suena el aviso de bombardeo. La niñera y su madre corren hacia la playa donde Virginia es escondida cubierta por la arena. El bombardeo se inicia y el estruendo, los impactos, el humo y el terror hacen acto de presencia una vez más en su vida. Temblando y aturdida, busca refugio intentando hundirse aún más en la arena donde se encuentra con algo que intuye es una mano a la que se agarra como si sintiera que es su salvación. El silencio vuelve a surgir y ya sólo se oye el rumor del mar. Virginia, aún presa del miedo y el aturdimiento, nota cómo si la mano estuviese suelta, se quita un poco la arena  y se encuentra con que lo que estaba sujetando era únicamente una mano sin cuerpo alguno.  Entonces , se da cuenta que es la mano de su niñera. Busca a su alrededor pero no encuentra vida, sólo el murmullo de las olas enfurecidas y un paisaje de feroz desolación y tristeza.

Virginia tarda en recuperarse meses, ayudada por la liberación su padre y por el término de la guerra. La familia, de nuevo unida, se instala en Madrid donde fijarán su vivienda y donde Virginia podrá reanudar una vida que, aunque sin infancia, será una vida plena y llena de mucho amor.
           
Algunos se preguntaran: ¿Cómo este chico se sabe la historia de dos familias?
La respuesta es my fácil: Virginia y José son personas muy cercanas a los que he tenido la suerte de conocer. Sufrieron durante su infancia y adolescencia pero también lucharon por ser personas de bien, aprendieron a perdonar y a consolar a aquellos que no habían tanta suerte como ellos y habían perdido a algún miembro de su familia durante la contienda. Nunca sintieron la venganza ni el odio, sólo la comprensión y la generosidad hacia los demás.

En la actualidad, tienen todo aquello por lo que siempre lucharon : paz y felicidad. A mí me han enseñado muchas cosas, pero las principales han sido que lo fundamental de esta vida no es cuánto se sufre o el dinero, lo principal de esta vida es el amor, y es por lo que yo estoy aquí. Gracias, José y Virginia.


El principito



imgres.jpgTras haber visitado el ultimo planeta, en el que se encontraba el geógrafo, fue al siguiente, este era un planeta extraño, ya que en el no había nada, estaba totalmente desierto y por primera vez el principito experimentó una sensación que nunca antes había sentido. El principito comenzó a dar vueltas alrededor de este planeta, pero no había nadie, así que decidió preguntar.- ¿Hay alguien ahí? pero nadie respondía.
Volvió a preguntar:
- ¿Hay alguien ahí? pero nadie respondió, y en vez de eso comenzó a sentir frío, y se le empezó a hacer una especie de nudo en el estómago que le impedía si quiera respirar.
Lo que sentía el principito, es lo que nosotros a veces sentimos cuando nos encontramos solos, es decir , la tristeza de no sentirse querido por alguien,  el agobio, que te encoge el estómago, la ira, el odio, y las más crueles de todas ellas, que son las que nos hacen sentirnos asquerosos: la envidia, el orgullo y la más letal, la soledad.
Todas ellas iban detrás del principito, el cual intentaba alejarse lo más posible de ellas , pero estas estaban cada vez más y más cerca. En el momento en el que le iban a coger vino la "esperanza", esta le salvó la vida al principito y consiguió escapar. El principito comprendió entonces porque las personas mayores eran como eran, esto es porque han experimentado cada una de estas sensaciones, y han sufrido por ellas hasta tal punto de cambiarles.